En resumidas cuentas, la meta financiera de nuestros clientes es el factor individual más importante cuando se trata de determinar una estrategia de inversión. Cuando se trata de bonos, podemos utilizar estrategias de administración de inversiones activas que se formulan para obtener resultados mejores que el mercado. Los administradores de inversiones activos explotan las ineficiencias del mercadeo comprando títulos valores que están subvaluados o vendiendo en corto títulos valores que están sobreevaluados. Cualquiera de estos métodos puede utilizarse solo o en combinación. Dependiendo de las metas de la cartera específicas de inversiones, la administración activa también puede servir para crear menos volatilidad (o riesgo) que el índice de referencia. La reducción de riesgo puede ser en lugar de, o adicional a la meta de crear una rentabilidad para la inversión mayor que la referencia.
También podemos trabajar dentro de los límites de la administración pasiva de inversiones que es una estrategia financiera en la cual un inversionista (o un gerente de un fondo) invierte de conformidad con una estrategia predeterminada que no conlleva ningún pronóstico (e.g., cualquier uso de una oportunidad de mercado no calificaría como administración pasiva). La idea es minimizar los cargos de inversión y evitar las consecuencias adversas de anticipar incorrectamente el futuro. El método más popular es imitar el comportamiento de un índice externo especificado.
Mejores Prácticas en Rentas Fijas